El tabaco es una de las drogas con mayor proporción de adictos.
Cinco de cada diez personas que comienzan a fumar, quedan enganchadas y
con serias dificultades para librarse de la adicción prolongando el
hábito a lo largo de sus vidas con penosas secuelas para la salud. La
nicotina tiene un poder de dependencia similar al de la heroína y la
cocaína. El tabaco y la heroína figuran con un mismo porcentaje de
recaídas en los adictos que intentan librarse del consumo.
La epidemia de tabaquismo ataca desde la adolescencia e incluso la infancia. La desalentadora imagen de un adolescente fumando cigarrillos se torna aún más desgarradora cuando observamos las cifras arrojadas por la Organización Panamericana de la Salud. Ellas reflejan cómo en los últimos años, a pesar de que en Venezuela, dentro de la población adulta se observa un comportamiento decreciente en el consumo de tabaco, en la franja etaria de 13 a 18 años, el número de fumadores se está duplicando cada año.
Las causas de este contraste en el comportamiento de consumo son atribuidas, en parte, a que los programas de prevención están dirigidos a la población de adultos y los más jóvenes quedan desatendidos. Simultáneamente, las estrategias de mercadeo y campañas de publicidad de las empresas de cigarrillos van dirigidas principalmente a los jóvenes, quienes constituyen un blanco fácil debido a que se encuentran en una edad más vulnerable para iniciar el consumo y consolidar el hábito de fumar.
Otra de las razones para que disminuya el consumo en la población adulta, a diferencia del incremento en los jóvenes, estriba en que los adultos que han sido fumadores por varios años, comienzan a experimentar secuelas importantes en su salud y calidad de vida, viéndose obligados, en muchos casos, a cesar de fumar cuando el daño ya está hecho.
El cigarrillo: todo un proceso de ingenieria
El cigarrillo es algo más que una hoja de papel blanco envolviendo unos gramos de tabaco con un filtro adosado a un extremo. Es todo un proceso de ingeniería pensado con el fin de crear adicción, en aras de satisfacer una poderosa industria que se beneficia de sus ventas. Según la doctora Natacha Herrera, Consultora del Programa de Prevención de Tabaquismo en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las evidencias arrojadas en diferentes investigaciones sobre los componentes del tabaco, demuestran que existe una importante cantidad de químicos en el cigarro, así como intervenciones transgénicas en el cultivo del tabaco, que persiguen aumentar la nicotina para lograr que ésta sea mucho más biodisponible, es decir, que llegue en mayores cantidades al cerebro del consumidor y así generar más dependencia, lo cual se traduce en mayores ventas de esta droga legal y más perjuicio para la salud de los fumadores activos y fumadores pasivos (aquéllos que respiran el humo ambiental del tabaco), así como deterioro del ambiente.
¿Por qué es bueno dejar de fumar?
La adicción a la nicotina es sólo el comienzo de una cadena de efectos del consumo de tabaco sobre la salud, que luego continúa con una serie de enfermedades. He aquí alguno de los efectos más importantes:
• Efectos a mediano o largo plazo: El alquitrán contenido en el cigarrillo es un agente comprobadamente cancerígeno del pulmón, y causa efectos severos sobre el aparato respiratorio, bronquitis crónica, enfisemas, además de asociarse con otros tipos de cáncer, como el de vejiga, riñones, laringe, páncreas y estómago. También tiene incidencias sobre enfermedades del sistema circulatorio que causan ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades en venas y arterias.
• Efectos a corto plazo: El consumo del cigarrillo está asociado con aceleración del proceso de envejecimiento de la piel, daños inmediatos en el sistema circulatorio que causan impotencia, pérdida de la capacidad respiratoria inmediata por inflamación del pulmón, pérdida del deseo sexual, entorpecimiento de los procesos de cicatrización y soldadura de huesos, incrementos de problemas de salud dental como caries, dientes manchados, mal aliento, etc.
• Efectos en madres fumadoras pasivas o activas: El fumar, o respirar el humo ambiental del tabaco durante el embarazo, puede causar abortos, muerte súbita del recién nacido o bebés con bajo peso.
• Efectos en el medio ambiente: Los no fumadores pueden absorber de un ambiente contaminado con humo de tabaco ajeno, el equivalente a diez cigarrillos en una jornada.
Datos significativos
En los esfuerzos de producción de evidencias para impulsar decisiones de políticas públicas que erradiquen el consumo del tabaco en Venezuela, la Organización Panamericana de la Salud demuestra que, sin contar al sector privado, la mitad del gasto público en salud de nuestro país se invierte en atención a problemas causados por el tabaco. Lo que se recibe en impuestos por cigarrillos no compensa los gastos de salud generados por su consumo. “La proporción es de uno a tres”, describe la doctora Natacha Herrera. “Por cada mil millones que entran por concepto de impuestos de cigarrillos, tres mil millones debe invertir el Estado venezolano para tratamientos a problemas de salud pública directamente relacionados con el tabaco”, indica la Consultora de la Organización Panamericana de la Salud. Por otra parte, en la Encuesta Mundial sobre Tabaquismo en Jóvenes (EMTJ) realizada sobre una muestra representativa de estudiantes entre 13 y 15 años de edad, durante los años 1999 al 2004, en América Latina, y específicamente en Venezuela, se destaca lo siguiente:
• Aproximadamente un tercio de los estudiantes fuma cigarrillo en los lugares donde se aplicó la encuesta
• No hay diferencia en la prevalencia de uso de cigarrillo entre hombres y mujeres
• Más de la mitad de los estudiantes están expuestos al humo del tabaco ajeno en lugares públicos
¿Cómo decirle adiós al tabaco?
Mucho más productivo resulta enfilar las baterías y el esfuerzo en la prevención, para evitar que los jóvenes tengan el primer contacto con el cigarrillo y así se alejen del riesgo de volverse adictos. Se hace necesario despertar la conciencia a través de estrategias permanentes a partir de la educación básica, pasando por la diversificada y la universitaria. A los jóvenes debe explicárseles desde temprana edad las consecuencias nefastas del vicio de fumar, tanto para quien fuma, como para los no fumadores que respiran el humo ajeno. En el ámbito escolar pueden usarse herramientas como apoyos audiovisuales, trípticos y trabajos escolares de investigación que generen impacto psicológico al acercar a los alumnos a evidencias científicas. Las estrategias tales como campañas de información y prevención desarrolladas y aplicadas por los mismos adolescentes para sus compañeros resultan mucho más efectivas. Ciertamente, es necesario un abordaje intelectual en las acciones para educar a los jóvenes, pero seguramente algunos fumadores podrían dar simposios sobre el daño del consumo de tabaco. Por ello, más importante aún es poner en práctica programas para desarrollar las fortalezas emocionales que a su vez se reflejen en el comportamiento, como la autoestima y asertividad de los muchachos, quienes necesitan convertirse en guardianes de sí mismos y ser capaces de decir no, toda vez que el grupo de pares o el medio social empuje al consumo. Paralelamente debe hacerse hincapié en normas para erradicar el consumo de cigarrillos, no sólo dentro del ámbito escolar, sino también del universitario y los lugares públicos en general. No está demás insistir en la importancia de declarar el hogar como espacio libre de humo de cigarrillo, por razones de ejemplo y modelación de conducta, y por respeto al derecho a la salud del resto de los miembros de la familia que se exponen a los daños provocados por respirar el humo de segunda mano.
Con la activa participación ciudadana se puede lograr la declaración de más espacios libres de humo de tabaco. En Venezuela existe un marco legal que respalda este tipo de acciones. La experiencia internacional sobre declarar lugares Libres de Humo del Cigarrillo arroja resultados optimistas sobre el cese del consumo en la población.
Si estás enganchado o enganchada, busca ayuda
No importa la edad o el tiempo que lleves fumando, abandonar el hábito puede ser una tarea difícil que no depende de tu fuerza de voluntad. Muchas veces resulta imposible lograrlo sin ayuda, por lo que se recomienda buscar el apoyo necesario y disponible a través de diferentes instituciones, tanto privadas como públicas, que ofrecen programas para dejar de fumar. Si estás enganchado o enganchada y deseas dejar la adicción, puedes recurrir a la siguiente lista de contactos e informarte sobre tratamientos para cesar de fumar:
• Programa de Prevención del Consumo de Tabaco de la Organización
Panamericana de La Salud. Teléfono 0212-2671622
• Unidad de Tabaco del Ministerio de Salud . Teléfono 0212-4080508
• Clínica de Cesación de Fumar, Centro Médico Docente La Trinidad.
Teléfono 0212-9496220-9415087
La Unidad de Tabaco del Ministerio de Salud ofrece planes dirigidos a las instituciones educativas que incluye la capacitación de docentes para prevenir la iniciación del consumo de tabaco en los jóvenes. Si deseas información comunícate con el teléfono 0212-4080508
Berna Iskandar
Fuente: Entrevista Doctora Natacha Herrera. Consultora de la Organización Mundial de La Salud y de la Organización Panamericana de la Salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario